Si andas cazando cel nuevo y traes ganas de algo que se vea mamalón sin dejarte en la ruina, échale ojo al nuevo Samsung Galaxy A56. Este morro acaba de aterrizar en México y ya trae tremendo alboroto. Y cómo no, si la raza anda buscando un teléfono que se vea como de los chidos, pero que no cueste lo que un coche usado. Pues este A56 llega como caído del cielo, como cuando te dan el aguinaldo completo y sin descuentos.
Primero que nada, se ve perrón. El diseño está bien cuidado, nada de plástico feo ni bordes gachos. Samsung ya sabe que si quieres jalar al barrio, tienes que vestir bonito, y este teléfono trae finta de galán de antro. El acabado se siente premium, el cuerpo delgado y liviano, y además llega en colores chulos, no esas combinaciones de siempre que parecen uniformes de secundaria.
Pero vámonos a lo que truena: el rendimiento. Trae un procesador Exynos 1480 (sí, ya sabemos, los fans del Snapdragon van a chillar), pero la neta este chip no se raja. Corre chido, abre apps en friega, y hasta para jugar te aguanta machín. Si le metes unas partidas de Free Fire, Call of Duty o el Genshin, no se te va a estar frisando cada rato como esos teléfonos baratitos que nomás sirven para el Whats.
La pantalla, ufff… qué belleza, compa. Estamos hablando de una Super AMOLED de 6.5 pulgadas con resolución FHD+. Eso en español significa que se ve de poca madre. Los colores se ven vivos, con brillo chido hasta cuando andas en la calle bajo el sol. Y con los 120 Hz de tasa de refresco, se siente bien fluido, como mantequilla sobre tortilla caliente. Todo corre suave, desde los videos hasta scrollear en TikTok o Instagram, porque claro, uno tiene que andar siempre conectado a la farándula.
En cuanto a las cámaras, aquí viene lo bueno. Porque el Galaxy A56 no solo quiere verse bonito, también quiere que tú te veas mamalón en las fotos. Trae una cámara principal de 50 MP con estabilización óptica, que en cristiano significa que aunque te tiemble la mano de tanto café, las fotos salen bien enfocadas. Aparte tiene un ultra gran angular de 12 MP pa’ que captures toda la peda o los tacos al pastor sin que nadie se quede fuera del cuadro. Y sí, también incluye un sensor macro de 5 MP por si quieres andar de fotógrafo profesional con las plantas o los insectos, aunque la neta, eso casi nadie lo usa.
Y pa’ las selfies, porque claro que también importa, viene armado con una cámara frontal de 32 MP. Así que ya sabes, tus fotos para el Tinder, Bumble o pa’ mandar al grupo de la banda, van a salir con calidad. Incluso trae herramientas de inteligencia artificial para retocar y ponerle filtros sin que tengas que descargar chorrocientas apps aparte. Todo lo hace solito, como buen compita fiel.
La batería, otro punto que no se queda atrás. Tiene 5000 mAh, lo cual es más que suficiente para aguantarte el día completo y todavía un rato más. A menos que seas de esos que no sueltan el cel ni pa’ ir al baño, ahí sí tal vez le des cuello más rápido. Pero lo bueno es que incluye carga rápida de 25W, así que en una enchufada de media hora ya tienes pila pa’ seguir dándole duro.
Algo que está causando morbo es el tema del software. Viene con One UI 6.1 basado en Android 14. Y sí, también trae varias funciones de IA que Samsung anda metiendo a todos sus equipos, aunque en este A56 las pusieron más light que en los Galaxy S o Z. Aún así, puedes editar fotos como un pro, quitar objetos de las imágenes, hacer zoom sin perder tanto detalle, y hasta organizar tu galería sin andar batallando. La IA no es magia, pero sí te quita muchos dolores de cabeza.
Lo más curioso es que este chamaco salió y de volada ya andaba en descuento. En Amazon México lo bajaron a 8,627 pesos, y hasta había meses sin intereses. Eso es lo que lo hace tan tentador: se siente como un gama media-alta, pero el precio está más cerca del barrio que del high class. Ideal pa’ los que quieren lucirse sin empeñar la moto.
Ahora, hay que decir las netas. No todo es miel sobre hojuelas. Si eres de los que se la pasa grabando video como influencer, el A56 tiene lo suyo, pero no compite con los gama alta. Graba bien en 4K y estabiliza decentemente, pero no esperes calidad cinematográfica. Tampoco trae carga inalámbrica ni resistencia al agua tipo IP68, así que cuidado si eres de los que se les cae el cel al excusado cuando andan enfiestados.
En cuanto al sonido, trae altavoces estéreo que suenan bien pa' ver videos o rolar el perreo, aunque no te esperes un sistema envolvente de cine. Cumple, pero no es el alma de la fiesta. Si quieres buen audio, mejor le metes unos audífonos chidos, porque tampoco trae entrada jack de 3.5mm. Sí, ya sé, a muchos eso les parte el corazón, pero ni modo, ya es tendencia.
Una cosa que sí se agradece es que viene con 128 GB de almacenamiento base, y además puedes meterle microSD. Eso pa' guardar tus miles de memes, rolitas, fotos del chiquillo, y uno que otro video medio cochambroso que nadie tiene que ver. Además, le puedes meter 6 GB u 8 GB de RAM, dependiendo del modelo que consigas, y eso ayuda a que no se ponga lento aunque tengas mil apps abiertas.
Ahora, si nos ponemos serios, el A56 compite contra varios en su categoría: el Redmi Note 13 Pro, el Moto G Stylus, y hasta algunos Poco. Pero donde destaca este Samsung es en el diseño, la pantalla y el soporte a largo plazo. Porque Samsung ya dijo que este bebé va a recibir 4 años de actualizaciones de sistema y 5 de parches de seguridad. Eso no lo ves en todos los gama media, ¿eh?
En cuanto a conectividad, pues todo lo de ley: 5G, Wi-Fi rápido, Bluetooth 5.3, NFC (por si ya le entraste a pagar con el celular), y hasta lector de huellas bajo la pantalla. Todo eso le da un feeling de teléfono más caro, de esos que usas y dices “ay wey, esto sí se siente pro”.
Así que, resumiendo, el Galaxy A56 no es un teléfono perfecto, pero sí es una chulada pa’ lo que cuesta. Tiene lo necesario pa’ aguantar el trote diario, verse elegante, sacar fotos chidas y darte batería todo el día. Ideal pa’ estudiantes, trabajadores, o hasta para regalarle a la doñita que ya merece un cambio.
No te lo va a dar todo, eso que ni qué, pero sí te da más de lo que esperas por el precio. Y si eres de los que compra con cabeza, el A56 es de esos que te hace decir “esta sí fue buena compra, no como el refri usado que me vendió mi primo”.
En tiempos donde todo sube menos tu salario, tener un celular que rinda chido sin vaciar la quincena, es casi milagroso. Por eso el Samsung Galaxy A56 tiene todo para convertirse en el rey del barrio, el gallo del corral, el que todos voltean a ver aunque no sea el más caro. Porque al final, lo que vale no es el precio, sino cómo te responde en el día a día. Y este, compa, sí responde.
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