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El Metaverso Está Aquí (Casi): Explorando los Últimos Cascos de VR/AR

 No es por espantar, pero si sigues pensando que el metaverso es cosa de películas o de frikis con lentes gigantes, vas tarde carnal. Ya no estamos en el 2021 donde Zuckerberg nos vendía un PowerPoint con muñequitos flotando. Hoy la cosa se está poniendo más seria, más real y sí, también más confusa. Porque una cosa es que haya avances, y otra muy distinta es que el barrio ya lo esté usando en la tiendita o en la chamba.

Imagen ilustrativa generada con inteligencia artificial

Vamos a netearla sin choro: ¿qué hay de nuevo con esos famosos cascos de realidad virtual y aumentada? ¿Son pura pantalla o ya rifan lo suficiente como para decir “ahora sí, el metaverso ya está aquí”? Agárrate, que aquí te suelto todo lo que hay que saber, al chile.


¿Qué rayos es el metaverso hoy en día? ¿Y por qué debería importarte?

Mucho se ha hablado de este rollo digital donde supuestamente todos vamos a chambear, ligar, comprar y hasta echar el trago con avatares. Pero la neta, eso todavía suena medio jalado de los pelos. Lo que sí está pasando es que cada vez hay más marcas metiéndole varo y talento a la onda inmersiva.

El metaverso ya no es sólo un mundo virtual tipo videojuego. Ahora se trata de experiencias compartidas donde interactúas con datos, objetos y personas en tiempo real, usando visores que parecen sacados de una película futurista pero que ya puedes comprar... si te alcanza, claro.

La bronca es que muchas de estas tecnologías aún están caras, o medio verdes, o no tienen contenido realmente chido. Es como tener una tele 8K y sólo ver el canal del congreso. De que hay potencial, lo hay, pero todavía no se arma la pachanga completa.


Los cascos VR y AR más chonchos del 2025

Aquí es donde la cosa se pone sabrosa. Las marcas están sacando juguetes que se ven bien pro. Ahí te van los meros meros del momento:

Meta Quest 3
Este es el gallo de Zuckerberg. Más ligero que sus antecesores, con mejor resolución y un modo de realidad mixta que está de poca. Puedes ver tu sala y al mismo tiempo tener un dinosaurio bailando en el comedor. No es broma.

Apple Vision Pro
La manzanita se tardó pero cuando llegó, aventó la casa por la ventana. Literal parece sacado de "Black Mirror", con pantallas 4K por ojo, escaneo de pupilas y un diseño que te hace ver como robot con estilo. Eso sí, prepárate a soltar una lana, porque este no es para godínez con quincena justa.

Sony PlayStation VR2
Si lo tuyo es el gaming, este es tu boleto. Compatible con PS5, tiene vibración en el casco (¡sí, vibración en la choya!), y una calidad visual que te hace sentir que estás en medio del desmadre.

Pico 4 y otros chinos que no se rajan
China no se queda atrás. Pico 4 tiene buenos specs y precio competitivo. Ideal si quieres empezar sin vender tu coche.

Xreal (antes Nreal)
Aquí hablamos más de lentes AR, que te proyectan pantallas flotantes. No es para jugar tanto, pero sí para ver Netflix en el aire o tener múltiples pantallas en el metro (si no te asaltan antes).



¿Cómo se usan en la vida real? ¿Esto sirve pa’l barrio o puro lujo?

La neta, ahorita estos cascos se usan en tres ámbitos: entretenimiento, educación y trabajo especializado. Ya hay raza que se capacita en simuladores de VR, doctores que practican cirugías virtuales y estudiantes que ven la historia en 3D. Pero el grueso de la banda aún los ve como un lujo raro.

No se puede negar que hay experiencias chidas: conciertos inmersivos, viajes virtuales, clases de yoga flotando en el Himalaya (aunque estés en Iztapalapa). Pero lo que falta es que todo esto se masifique. Porque mientras cueste más de 15 mil varos tener uno, va a estar difícil que se vuelva popular en serio.

Eso sí, ya hay cafés VR en CDMX, y hasta cines donde rentas visores para ver pelis. En TikTok te topas con banda usando los cascos en la calle, jugando Beat Saber con todo y reggaetón. Hay movimiento, pero falta barrio.


¿Qué tan cerca estamos del metaverso chido?

Honestamente: cerca, pero no tanto como para aventar la compu a la basura y vivir en VR. Lo que hay ahorita es como cuando empezaron los smartphones: caros, con pocas apps, pero con potencial brutal. Todavía no tenemos ese universo completo donde todo está conectado y puedes vivir 100% virtual, pero sí estamos viendo los bloques que lo van a construir.

Y algo bien importante: hay que tener cuidado. Porque así como te pueden vender la idea del paraíso digital, también hay broncas. Desde el aislamiento social hasta los datos personales que terminas regalando. Ya lo decía mi abuela: "ni tanto que queme al santo, ni tanto que no lo alumbre".


¿Vale la pena comprarte uno? ¿O mejor te esperas?

Si te late la tecnología y tienes feria, sí vale la pena. No porque ya esté todo listo, sino porque es el mejor momento para entender cómo funciona y qué se viene. Es como cuando llegaron los primeros celulares con cámara: quien los agarró al principio, ahora anda rifado en el mundo digital.

Pero si andas justo de varo, mejor aguanta vara. En uno o dos años habrá modelos más baratos, más ligeros y con mejores funciones. Ahorita aún hay mucho humo, y aunque sí hay experiencias increíbles, no es como que vas a reemplazar tu vida con uno de estos.


Y la neta… ¿qué sigue?

Lo que sigue es integración total: visores más cómodos, más conectividad entre plataformas, y experiencias que sí valgan la pena. Imagínate entrar a una entrevista de chamba en el metaverso, hacer compras con tus compas mientras cotorrean en un mall virtual o ir a terapia con tu psicólogo-avatar. Suena loco, pero ahí vamos.

También se viene fuerte la onda social: reuniones familiares, fiestas y hasta funerales virtuales (sí, ya están pasando en Japón). Habrá que ver si eso nos une o nos vuelve más solitarios.


📚 Fuentes consultadas:

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