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¡No dejes que tu celular se eche a perder! Guía para que no se te caliente como comal

 ¡Qué onda, banda! ¿A quién no le ha pasado que su celular, esa herramienta que ya es casi una extensión de nuestro brazo, se empieza a poner más caliente que ladrillo de panteón? De repente, lo sientes que quema, que te chamusca los dedos, y hasta te entra la paranoia de que va a explotar como cohete en fiestas patrias. Y es que, la neta, un celular que se calienta de más no solo es una molestia, sino que le puede dar en la torre a la batería, al procesador y, al final, a tu bolsillo. Así que, agárrense porque les voy a soltar la sopa sobre por qué nuestro "teléfono inteligente" se pone así de ardiente y, lo más importante, cómo evitar que se nos chamusque antes de tiempo.

Imagen ilustrativa generada con Gemini

Imagínense que su celular es como un carro de carreras: si le meten pata a fondo todo el tiempo, sin darle chance de descansar, el motor se va a calentar. Lo mismo pasa con nuestros aparatos. Le echamos la mano a mil apps al mismo tiempo, le metemos horas de juegos con gráficos que parecen de película, lo usamos para ver videos sin parar y, aparte, lo dejamos bajo el rayo del sol. ¡Pos obvio que se va a poner como chile habanero!

¿Por qué mi celular parece olla de frijoles hirviendo? ¡Los villanos del calor!

Miren, no es que el celular sea masoquista y le guste sufrir, sino que hay varias cosas que lo ponen a sudar la gota gorda. Vamos a ver a los principales culpables, para que los identifiquen y los pongan en su lugar:

El sol, ese gandalla que no perdona

Esta es la más obvia, ¿verdad? Si dejan su celular tirado en el tablero del coche bajo el solazo, o se les ocurre usarlo para navegar en Google Maps mientras caminan bajo el mediodía, ¡felicidades! Le están dando un buen bronceado, pero no de los que le gustan. El calor directo del sol es como un horno para el celular. No solo calienta la parte de afuera, sino que le entra por todos lados y le sube la temperatura a los componentes internos. La pantalla, la batería, el procesador, ¡todo se empieza a derretir lentamente! Es como si a nosotros nos pusieran a correr un maratón con un suéter de lana en pleno desierto. ¡Así o más claro!

¡Pura acción! Los juegos y aplicaciones que le dan en la torre

¿Son de los que le meten vicio al "Free Fire" o al "Call of Duty Mobile" por horas y horas? ¿O de los que tienen veinte apps abiertas al mismo tiempo, aunque no las estén usando? ¡Aguas! Los juegos con gráficos pesados y las aplicaciones que consumen muchos recursos son como poner a trabajar a marchas forzadas el motor de tu celular. El procesador y la tarjeta gráfica tienen que echarle ganas para que todo funcione bien, y ese esfuerzo genera calor. Es como cuando uno se echa un buen taque de chicharrón en salsa verde, ¡pos obvio que el cuerpo se calienta y hasta sudas! Lo mismo le pasa al celular. Y si aparte de eso, tienes el brillo de la pantalla a tope, o estás usando el GPS y el Bluetooth al mismo tiempo, pues le estás dando una arrastrada extra.

La pila, esa canija que también se estresa

La batería es el corazón de nuestro celular, y cuando está viejita o ya no funciona bien, también puede ser una fuente de calor. Si tu batería ya está dando las últimas, o si la dejas cargando toda la noche, o usas un cargador que no es el original, la estás estresando. Una batería estresada no solo se descarga más rápido, sino que puede calentarse de forma peligrosa. Es como un viejito cascarrabias que ya no da una, pero que insiste en hacer todo. ¡Al final, se agota y se calienta!

El estuche, ese "abrazo" que a veces asfixia

Mucha gente le pone una funda al celular para protegerlo de golpes y caídas. Y está bien, es de sabios ser precavidos. Pero, ¡ojo! Hay fundas que son demasiado gruesas o que no permiten que el calor se escape. Son como un suéter muy calientito en pleno verano. Si el calor no tiene por dónde salir, se queda atrapado adentro y el celular se empieza a cocer en su propio jugo. Es como si te metes a un sauna con chamarra y todo. ¡Vas a salir chorreando!

El cargador pirata y el enchufe chafa: el ahorro que sale caro

¡Ahí les va una que muchos ignoran! Usar cargadores y cables que no son los originales o que son de mala calidad es un volado que puede salirte muy caro. Estos cargadores "patito" no regulan bien la energía, y pueden meterle un voltaje o un amperaje incorrecto a tu celular. Esto no solo calienta la batería, sino que puede dañar otros componentes internos. Es como si a tu carro le echas gasolina adulterada, ¡pos tarde o temprano va a tronar el motor! A veces, por ahorrarnos unos pesos, terminamos gastando mucho más en reparaciones.

imagen: losnoticieristas.com

¡No te claves! Cómo enfriar tu celular sin morir en el intento

Bueno, ya sabemos por qué nuestro celular se calienta como comal, ahora viene lo bueno: ¡cómo evitarlo y qué hacer cuando ya está echando humo! No hay que ser genios para esto, solo un poco de maña y sentido común.

¡A la sombra, güey! El sol es para la playa, no para tu cel

La más sencilla y la que muchos olvidan: si vas a estar un buen rato al aire libre, busca un lugar con sombra para tu celular. Si estás en la playa, mételo en una bolsa y déjalo bajo la sombrilla. Si vas en el carro, no lo dejes en el tablero. Evitar la exposición directa al sol es el primer paso para que tu celular no se ponga al rojo vivo. Recuerda que no es un pollo al asador, ¡así que no lo cocines!

Cierra la cháchara: ¡Adiós a las apps en segundo plano!

¿Tienes veinte aplicaciones abiertas y solo usas una? ¡Mal! Cierra las apps que no estés utilizando. Muchas aplicaciones siguen funcionando en segundo plano, consumiendo recursos y, por lo tanto, generando calor. Es como tener la tele, la radio y la licuadora prendidas al mismo tiempo sin necesidad. ¡Apaga lo que no uses y verás cómo tu celular respira!

¡Bájale al brillo, chavo! Y apaga lo que no necesites

Esa pantalla brillando como linterna de estadio en la noche, ¡no es buena idea! Baja el brillo de la pantalla. Un brillo muy alto exige más a la batería y a los componentes internos, lo que se traduce en más calor. Y ya que andamos en eso, si no estás usando el Bluetooth, el GPS o el Wi-Fi, ¡apágalos! Cada función que tienes activada es un poquito de energía extra que se está usando y, por ende, más calor que se genera. Es como si vas caminando y traes un montón de cosas en las manos que no necesitas. ¡Suelta lo que te estorba y camina más ligero!

Carga con calma y con lo que debe ser

Si tu celular ya está caliente, ¡no lo pongas a cargar! Espera a que se enfríe un poco. Cargar un celular que ya está caliente solo va a empeorar la situación y puede dañar la batería. Y lo más importante: usa siempre el cargador y el cable original de tu celular. Si no lo tienes, busca uno de buena calidad y de una marca reconocida. No te vayas por el más barato, porque al final, lo barato sale caro. Además, evita dejarlo cargando toda la noche. Cuando la batería llega al 100%, sigue recibiendo energía y eso la estresa. Es como si te obligaran a seguir comiendo cuando ya estás lleno hasta el cuello. ¡No es bueno!

Dale un respiro: Quítale la funda y apágalo un rato

Si tu celular ya se siente como una braza, quítale la funda. Esto le va a permitir disipar el calor más rápido. Y si de plano lo sientes hirviendo, apágalo por unos minutos. Déjalo descansar. Es como cuando uno tiene fiebre, lo mejor es acostarse y tomarse un descanso. Un celular apagado no está generando calor y se va a enfriar mucho más rápido. Y si te urge usarlo, al menos ponlo en modo avión, para que no esté buscando señal ni consumiendo energía extra.

¡Actualiza tu chismógrafo! El software también importa

A veces, el sobrecalentamiento no es por hardware, sino por software. Las aplicaciones y el sistema operativo de tu celular reciben actualizaciones constantemente. Estas actualizaciones no solo traen nuevas funciones, sino que también corrigen errores y optimizan el rendimiento. Un software optimizado consume menos recursos y, por lo tanto, genera menos calor. Así que, no seas de los que ignoran las actualizaciones. ¡Mantén tu "chismógrafo" al día!

Limpieza profunda: ¡Adiós al mugrero!

Así como limpias tu casa para que no se acumule el polvo, tu celular también necesita una buena limpieza de vez en cuando. No me refiero a meterlo en la lavadora, ¡eh! Hablo de desinstalar aplicaciones que ya no usas, borrar fotos y videos viejos, y limpiar la caché de las aplicaciones. Un celular con mucha información y poco espacio de almacenamiento también puede calentarse más. Es como tener el clóset lleno de ropa que no te pones. ¡Saca lo que no sirve y verás cómo se siente más ligero!

Evita la "fiebre" por el uso intensivo

Si eres de los que usa el celular para todo, desde trabajar hasta ver películas y jugar sin parar, intenta darle pequeños descansos. No le exijas demasiado por periodos prolongados. Si vas a ver una película larga, ponla en un lugar fresco. Si vas a jugar, haz pausas. Es como cualquier máquina, si la fuerzas de más, se descompone.

La neta del planeta: El sobrecalentamiento no es un juego

Miren, raza, el sobrecalentamiento no es algo para tomar a la ligera. Un celular que se calienta constantemente puede sufrir daños graves. La batería puede inflarse y hasta explotar (sí, en serio, ¡no es broma!). El procesador se puede dañar, lo que hará que el celular se ponga lento, se trabe o de plano ya no prenda. La pantalla también puede sufrir, presentando manchas o dejando de responder al tacto. Al final, un celular dañado por el calor puede significar un gasto fuerte en reparaciones o, en el peor de los casos, tener que comprar uno nuevo. Y eso, ¡nadie lo quiere!

Así que, ya lo saben, no dejen que su celular se convierta en una papa hirviendo. Cuídenlo, denle un respiro, y sigan estos consejos para que les dure más que un chismecito de lavadero. Su bolsillo y su celular se los van a agradecer. ¡Ahí nos vemos, y que no se les queme el molcajete!

Fuentes de consulta:

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