Hoy vamos a platicar de esas mentadas "criptomonedas", que para muchos suenan a chino mandarín, pero que, créanme, están más presentes de lo que se imaginan. Y no, no se me asusten, no les voy a vender nada ni les voy a decir que se hagan millonarios de la noche a la mañana. La idea es que le entiendan a este rollo sin tanto choro mareador.
Imagen: www.newtral.esEl Dinero Digital: ¿Magia o Truco de Ilusionista?
Imagínense que el dinero que conocemos, ese que traemos en la cartera o el que vemos en el cajero, se fue de parranda y regresó digital, pero con una capa de superhéroe. Pues así, más o menos, son las criptomonedas. No son billetes que puedes tocar, ni monedas que suenan en el bolsillo. Son, para que me entiendan, un varo que existe solo en el mundo cibernético, pero que tiene valor y con el que se pueden hacer transacciones. Son como el "feria" de los videojuegos, pero en serio, con el que sí puedes comprar cosas de la vida real (o al menos, lo que se te antoje si aceptan tu cripto).
La palabra "cripto" no es de "críptico" de que no se entiende, aunque a veces sí que lo parece. Viene de "criptografía", que es como un candado digital súper seguro. Imagínense que cada transacción es como una carta secreta que solo tú y el que la recibe pueden leer. Eso hace que el movimiento de esta lana sea bien privado y difícil de falsificar. ¡Ni los narcos de las películas de Hollywood tienen un sistema tan sofisticado!
El Cuento de la Descentralización: ¿Quién le Pone el Cascabel al Gato?
Una de las cosas más chidas de las criptomonedas es que nadie las controla. A ver, piensen en el peso mexicano. ¿Quién lo controla? El Banco de México, ¿verdad? El gobierno le mueve aquí, le mueve allá, sube, baja, y uno a veces ni sabe por qué. Pues con las criptomonedas no hay un jefe, no hay un "mero mero" que decida cuándo imprimir más o cuándo quitarle valor. Son como un tianguis digital donde todos son dueños y todos participan.
Esto es gracias a una tecnología que se llama "blockchain" o "cadena de bloques". Imagínense una libreta gigante, pero gigante de verdad, donde cada página es un "bloque" y en cada página se anotan todas las transacciones que se hacen. Cada vez que alguien manda una criptomoneda, se anota en esa libreta. Y lo más cabrón es que esa libreta no la tiene una sola persona, la tienen miles y miles de computadoras por todo el mundo. Si alguien quiere hacer trampa y cambiar algo en una página, ¡pum!, las otras miles de libretas se dan cuenta y le dicen: "¡Aguas, carnal, aquí hay algo raro!". Es como tener un chismógrafo global donde nadie puede borrar lo que ya se escribió. Por eso dicen que son "a prueba de balas", o al menos, a prueba de tranzas.
¿Cómo se Mueve la Lana en este Relajo?
Para que el dinero digital se mueva, se necesitan varios jugadores en esta pachanga. Primero, están los usuarios, o sea, nosotros, los que queremos comprar o vender criptos. Luego, están los "mineros". ¡No piensen en gente con picos y cascos! Los mineros en este mundo son computadoras súper potentes que se encargan de verificar que todas las transacciones sean válidas y de "minar" nuevas criptomonedas, como si estuvieran descubriendo oro digital. Por su trabajo, les dan una pequeña recompensa, lo que los mantiene motivados a seguir chambeando. Es como el que se rifa en la fila para las tortillas y le dan un extra por su esfuerzo.
Para pasar de tu dinero "real" (pesos, dólares, lo que sea) a criptomonedas, necesitas ir a una "casa de cambio" digital, que se llaman "exchanges". Ahí, cambias tu varo por la criptomoneda que quieras. Ya que tienes tus criptos, las guardas en una "cartera" digital, que puede ser una aplicación en tu celular, un programa en tu compu o hasta un dispositivo físico. ¡Ojo! Si pierdes la clave de tu cartera, es como si se te cayera la cartera en un taxi y no la vuelves a ver. ¡Así de delicado el asunto!
Bitcoin (imagen: monifai.com)El Sabor de lo Desconocido: ¿Y qué Hay Más Allá del Bitcoin?
Cuando uno piensa en criptomonedas, lo primero que se le viene a la mente es el Bitcoin. Y sí, el Bitcoin es el papá de los pollitos, el que abrió la puerta a todo este relajo. Nació hace ya un buen de años y fue el primero en demostrar que el dinero digital sin un banco central era posible. Pero el mundo de las criptos es como una jungla, hay de todo y para todos los gustos.
Además del Bitcoin, hay un montón de otras criptomonedas, cada una con sus características y su chiste. Por ejemplo, el Ethereum, que no solo sirve para mover dinero, sino que también es como una plataforma para crear aplicaciones descentralizadas, ¡como un sistema operativo para el futuro! Hay otras como Litecoin, que es como el hermano menor del Bitcoin, más rápido para las transacciones. Y no podemos olvidar al Dogecoin, que empezó como una broma y se volvió súper popular, ¡como el meme del perrito que todos aman! Incluso hay empresas que han querido sacar su propia moneda digital, pero ese es otro rollo.
Luego están las "stablecoins", que son como las criptomonedas con "sentido común". Imagínense que el valor de una criptomoneda es como una montaña rusa, sube y baja un chorro. Pues las stablecoins están amarradas al valor de algo que sí conocemos, como el dólar o el oro. Esto las hace más "estables" (por eso su nombre) y menos volátiles, ideales para los que no quieren andar con el Jesús en la boca cada cinco minutos viendo cómo cambia su dinero.
El Futuro de la Lana: ¿Un Mundo sin Billetes?
Ahora, la pregunta del millón: ¿las criptomonedas van a reemplazar al dinero que conocemos? Pues quién sabe, mi buen. A lo mejor sí, a lo mejor no. Lo que sí es un hecho es que ya están aquí y que están cambiando la forma en que pensamos sobre el dinero y las transacciones. Cada vez más negocios las aceptan, y cada vez más gente se avienta a invertir en ellas.
No todo es miel sobre hojuelas, ¿eh? También hay riesgos. Como su valor sube y baja un chorro, puedes ganar mucho, pero también puedes perder todo lo que invertiste. Es como jugar a la lotería, a veces le atinas y a veces no. Por eso, si te vas a meter a este rollo, investiga bien, asesórate y no metas la lana que necesitas para las tortillas o la renta.
En fin, las criptomonedas son un universo complejo, pero apasionante. Son una muestra de cómo la tecnología sigue avanzando y nos sigue sorprendiendo. Ya sea que te animes a invertir en ellas, o simplemente te quede la curiosidad, lo importante es que no te quedes con la finta. Échale un ojo, entiende cómo funcionan y saca tus propias conclusiones. Quién sabe, a lo mejor un día de estos, el "caló" de las criptomonedas se vuelve el lenguaje universal de la lana. ¡Ahí se los dejo de tarea, parientes!
Fuentes de Consulta:
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